IDEARIO INSTITUCIONAL

Bajo el concepto cristiano de que el hombre es un ser trascendente que goza de libertad para construir su propio proyecto de vida y acceder así a la Gloria de Dios, las citadas instituciones educativas proponen como fin colaborar activamente en la construcción que la persona hace de sí misma, apoyada en los conocimientos de su familia
y proyectada a la vida social. Así, imitando en lo posible a la Iglesia Católica Madre y Maestra de los pueblos en la misión confiada por su Divino fundador de educar y dirigir a sus hijos, se establece el presente ideario sustentado en los siguientes principios fundamentales.

Visión del Hombre

Se considera al hombre como persona en tanto unidad bio-psíquica, social, cultural, ética, estética y trascendente guiado por los valores universales que dan sentido a la vida humana.
Se reconocen los derechos naturales del hombre.
Se reconoce la superior dignidad humana desde la concepción.
Se promueve el ejercicio responsable de la libertad.
Se promueve el ejercicio no abusivo de los derechos del hombre como hijo de Dios: caído, redimido y justificado, sellado por el Espíritu Santo y partícipe del Cuerpo Místico de Cristo.

Visión de la familia
Se reconoce a la familia como institución básica de la sociedad y agente natural y primaria de la educación de sus hijos.
Se reconoce el derecho de los padres de elegir la educación de sus hijos.
Se promueve la formación de una comunidad educadora, fomentando el encuentro permanente y armónico entre familia y escuela.
Visión de la sociedad
Se reconoce a la sociedad como una realidad visible y espiritual en cuyo ámbito se desarrolla el respeto a la justicia, a los derechos humanos universales, a la paz y a la vida. Se reconoce al estado como regulador de las actividades sociales al servicio del interés común. Se reconoce al estado como principal responsable de las acciones educativas y de la garantía de su calidad. Se fomenta el respeto al marco jurídico que reconoce y reglamenta el derecho constitucional de enseñar y aprender.

Visión de la Educación

Se concibe a la educación como un derecho humano fundamental, como un derecho-deber de la familia y la sociedad y una obligación permanente e inalienable del estado.
Se reconoce la función personalista, personalizada y personalizante de la educación.
Se considera a la educación medio insoslayable en la búsqueda de la verdad y de la síntesis, fe y cultura.
Visión de la cultura
Se concibe a la escuela como el ámbito específico de formación integral
del hombre a través de la comunicación sistemática y crítica de la cultura, de la promoción de los valores universales y de la preparación para la vida profesional.
Como escuela católica se asume el compromiso incondicional a una definida acción pastoral-educativa.
Se considera a la escuela como institución abierta a la comunidad, formadora de alumnos solidarios que sean capaces de percibir la problemática real del medio y de generar posibles soluciones.

Valores institucionales

Los valores resumen las convicciones personales, aquello en lo que uno cree y que uno ama. El valor se convierte en fuente motivadora de la vida personal.

• Verdad

Es una revelación del sentido de la existencia humana, que no se da sin esfuerzo ni pasión. Es misión y meta, apertura y fin; la verdad es objetiva, universal y racional, se extiende sobre todas las cosas, habita en el interior del hombre y alcanza el misterio. Comprende sus cuatro tipos: verdad del ser, verdad del pensar, verdad de hablar y verdad de actuar.

• Justicia

Es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. La justicia para con Dios es llamada “la virtud de la religión”. Para con los hombres, la justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común.

• Honestidad

Se traduce en convertirse en una persona responsable y coherente con sus acciones. Se relaciona con el valor de la verdad, además contribuye a convertirse en una persona confiable para la sociedad.
• Libertad y responsabilidad
El hombre es libre para adherirse y actuar con respecto a los valores propios de la naturaleza. La libertad sólo tiene sentido como valor orientado a la verdad cuando supone actuar con responsabilidad. La libertad y responsabilidad son dos valores inseparables. En el ejercicio de la libertad comprendemos la responsabilidad que tenemos con un otro.

• Generosidad

Un aspecto fundamental en la comprensión de lo que es el amor es el ejercicio de la generosidad y la entrega. Se puede ser generoso no solamente con las cosas que se dan sino con el tiempo que se tiene para otros.

• Respeto
Es la virtud que nos hace reconocer el valor, la consideración y la dignidad que merece alguien o algo distinto en todos los aspectos de la persona; y nos lleva a demostrarlo con nuestras actitudes y acciones, como la escucha activa. El respeto es la virtud por la cual le reconocemos a cada persona su lugar y la función que Dios ha querido darle ante nosotros. Dentro del respeto consideramos a la Autoestima (respeto y consideración a uno mismo) como la percepción valorativa de nuestro ser, de nuestra manera de actuar, con las características de nuestra espiritualidad, todo lo cual conforma nuestra personalidad.

• Esfuerzo

La capacidad de proponerse un objetivo y comprender que para lograrlo se requiere de tiempo, dedicación, sacrificio y disciplina.